viernes, 30 de abril de 2010

FASE 2 : ACEPTACION paso por al lado del muñeco michelin y me dice que haga dieta.




Esta bien, ya entendí, ya me di cuenta. Estoy subidita de peso. No hay dudas en subida y en bajada voy rodando.

Decidí determinantemente comenzar la dieta y entrenarme constantemente y perseverar hasta bajar los 7 kilos de mas que tengo, bueno los 8… Esta bien! Los 10 kilos que tengo de mas.
Hace 10 minutos que tome esa determinación y ya me estoy cagando de hambre y mintiendo a mi misma!

Mi psicóloga dice que lo más importante en estas cuestiones es la motivación. Así que comencé por hacer una lista para sentirme un poquito mejor.

Motivaciones propias para bajar de peso:
-         Me compre una pollerita super- re- top- micro- mini- divina que le vi a Verónica Lozano en un desfile, por supuesto pienso ponérmela para pasar por la obra en construcción e insultar a los obreros. Por ahora la uso de cuellera porque estoy media resfriada.
-          Puse una foto de Angelina Jolie en la heladera cada vez que intento abrirla para morfarme algo símil a bocadillo como por ejemplo un sándwich de mila o picar un pedazo de queso con pan y ketchup,  Angie me dice tenés que ser fuerte! Tenes que intentar parecerte al prototipo de delgadez absoluta  e imposible para una chica promedio como vos. Por el momento me puse aparatos así se me hacen los labios como ella, aunque estoy mas cerca de Raquel Manchini que de Angelina Jolie.
-         Puse un espejo en mi pieza alto, divino,  rustico. La idea es llegar a verme tanto a lo largo como a lo ancho en el reflejo. Y no ir viendo de a cuartos como hago en estos momentos.
-         Ese jean ajustado que me quedaba tan bien y ahora me crea flotadores al mejor estilo salvavidas; lo colgué a la vista en el armario, a la espera de que lo pueda usar. Mientras tanto uso unos pantalones tipo carpa de circo para disimular.
-         Me compre una bombacha reductora divina con la que disimulo los salvavidas, lastima que no avisan de las contraindicaciones como asfixia estomacal.

Estoy tan motivada como Macri para una entrevista frente a los periodistas de 6,7,8.!!

Nada puede salir mal!

domingo, 18 de abril de 2010

La Loca infernal


La Loca infernal


La loca mala onda – infernal no tiene problema en decir lo que piensa, lo que ella considera que es su verdad. Aunque... si vamos al caso, lo que ella considera problemas, en realidad, son situaciones de la vida cotidiana para cualquier otra persona.



La loca mala onda – infernal no dice las cosas sinceramente sino con honestidad brutal. Ella no putea, habla coloquialmente. Ella no trabaja, hace trabajo forzado.



Y la verdad es que esta loca que muchas veces es considerada "la loca de mierda" no se aguanta la rutina y mucho menos lo cotidiano. Lo que lo demás aceptan  como costumbres naturalizadas.



La loca infernal, duda, putea, y se pregunta: ¿Por qué esta mierda TIENE que ser así? ¿Puede ser de otra manera?...



miércoles, 7 de abril de 2010

FASE 1: No! No estoy gorda! Estoy fuertecita.

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A mi mamá se le metió en la cabeza decirme deliberadamente que no tengo cintura y mi abuela redoblando la apuesta no me dice otra cosa que heladera.
Por meses he desconfiado de los indicios pero hoy a las pruebas me remito.
He caído sin querer, y créanme que nunca antes me había preocupado, en una problemática existencial que durante siglos se le ha atribuido a la mujer: la gordura.
Asociado siempre a la estética femenina, ha llegado a no sólo preocuparme sino que hasta me he desvelado pensando en ejercicios para reducir calorías con el menor esfuerzo posible.

Pensé que sólo eran unos rollitos de más, de esos inofensivos flotadores que uno deja entrever con una ropa un poco demás ajustada.
Pero no, hoy me he dado cuenta que estoy lo que vulgarmente se denomina gorda, excedida de peso, obesa, rellenita, robustita, fuertecita y no hay apodo por mas tierno e inofensivo que parezca que no de cuenta de mi aspecto de gorda al mejor estilo muñeco de michelin.

Hoy en particular me desperté con una sensación rara, cierta pesadez, con el pensamiento latente del matambre a la pizza con papas fritas que la noche anterior había sido mi cena, tome mi habitual desayuno y vale recalcar primer desayuno con medialunas y café. Claro! porque después en el trabajo sigue el segundo desayuno que consta de mate con galletitas para desembocar en un poderoso almuerzo. Es que me tome muy a pecho eso de que panza llena corazón contento y como no me gusta trabajar, una trata de saciar la ansiedad por otros lados.

Luego de desayunar, me bañe y prepare ropas, hoy tenia una reunión especial luego del trabajo así que prepare ese jean que en un lapsus descocado de ansiedad con mezcla de baja estima compre a 400 pesos y que hizo colapsar no sólo mis deudas sino la tarjeta de crédito. La botamanga del jean pasaba a duras penas por el tobillo, me sentía como boliche indio… no me entraba ningún vaquero.
Con la ayuda de mi hermano y mi madre a los que les trate de hacer entender que en realidad el jean era nuevo y que pronto iba a tener que ceder, parecía un matambre a punto de ser cortado, el último botón me cortaba la respiración y las costuras estaban a punto de provocarme un embarazo psicológico.

Opte por el modesto pero más cómodo pantalón negro de tela, que no era tan glamoroso pero no provocaba estreñimiento, por lo menos me podía sentar y caminar con una cara de buenos amigos.

Al pasar por la obra en construcción de la esquina de casa los indicios ya no eran latentes, eran piedrazas en la nuca.
Y es que en vez de decirme los habituales piropos estos fueron reemplazados por gritos y risas al estilo:
Azafata de camión, Chau bebe sos de otro mundo… mundo marino, Gorda, si tu culo fuera tostada, te untaria manteca con un remo


Entre otros a los que no me di por aludida.

Comencé a sospechar cuando en el colectivo un hombre me dio el asiento y a preocuparme cuando en el trabajo me caí desparramada al piso al doblar una pata de la silla, con pantalón roto y todo el suceso vergonzoso.
Salí corriendo a comprarme otro pantalón y cuando el talle 38, 40 que solía usar paso al 42 – 44 estalle en gritos y rutiadas a la anoréxica vendedora del local.
No, no era la alarma del local lo que sonaba en mi cabeza, era esa alarma interna que nos avisa que algo no esta para nada bien.
Y que todos se dieron cuenta antes que yo!
Ya no era una fuertecita simpática… Era la esposa del puto muñeco de michelin!